Un encuentro con Mooji en Monte Sahaja y un espléndido regalo

Acceso Monte Sahaja

Después de que Ana “Colombia” nos hubiese puesto al día informándonos de  las enseñanzas del gurú  Mooji,  como contamos en nuestra anterior entrada del blog,  no pude resistirme a la idea de visitar su ashram en el Alentejo portugués.    Mooji es el más popular de los actuales maestros de Advaita Vedanta, la doctrina budista del no dualismo que persigue la iluminación mediante el método de la autoindagación.

Santiago, 14 enero 2016. 

Pedro Puialto

Fue  este pasado otoño.  Establecí durante unas semanas la base de operaciones en el pueblo alentejano de Vilanova de Milfontes,  desiertas e inmensas playas de fuerte oleaje y sol y viento curtiendo la piel desnuda en largos paseos de salitre, calor  y silencio.  También interminables  dehesas de alcornoques y encinas y ensimismadas puestas de sol cerveza en mano en minimalistas chill- outs,  chiringuitos  y clubs de playa,   y cadenciosas veladas de  gastronomía alentejana, antigua, honrada,  rotunda y sin mixtificación.

Antes, Monte Folhado

El  ashram de Mooji   se llama Monte Sahaja.    Para llegar, según casi todas las fuentes  aparece como  referencia es la estación de Funcheira, un enclave ferroviario a las puertas del Algarve y a donde llegan casi todos los visitantes que van  en tren, que son la mayoría.  Pero si se opta por el coche,  una vez allí resulta que la estación es solo eso, un apeadero en donde no hay un alma y que más parece un decorado de película.

EstacionFuncheira

No hay indicaciones  y con suerte podemos encontrar a algún paisano  mimetizado entre las huertas aunque al preguntar por   Monte Sahaja no saben de qué hablamos.  Más efectivo resulta  referirse a  la “ Comunidade”,   con lo que así averiguamos  que el  lugar se llama en realidad Monte Folhado.   Así pues, para ir  desde la estación de Funcheira,  a donde se llega desde la costa de Vilanova de Milfontes siguiendo la dirección Cercal-Colos-Ourique,  vamos cara a Garvao,  se pasa por Amoreiras y después por Sto. Martiño das Amoreiras.  Allí está el bar Texas, en donde se puede comer algo en compañía de estoicos y curtidos montañeses.   Proseguimos luego  en dirección a Santana da Serra y después de aproximadamente  1 kilómetro  llegamos a Parreira en donde ya  aparece a la izquierda la indicación de una pista que nos lleva, no sin dificultades para la suspensión y los neumáticos del coche,  a Monte Sahaja, el rebautizado  Monte Folhado.   Sabiendo ya el sitio, sobre hora y media de relajante viaje en coche por tranquilas carreteras desde Milfontes.

Un lugar especial

Monte Sahaja quiere decir algo así como “estado natural” en sánscrito.  La verdad es que eso sugieren las delicadas construcciones que dispersas  por el monte conforman el ashram.  Templetes, pabellones de madera,  oratorios, jardines, miradores, yurtas mongolas, estanques, coquetos senderos… salpican acá y acullá el bravo monte alentejano integrándose y confundiéndose con  el paisaje en una muestra de delicada arquitectura minimal, de humildes materiales y austera y bella funcionalidad.

 

Todo está bautizado con nombres “ad hoc”  para la cultura que se divulga:  Rishikesh,  Katmandú, Nuevo Tibet…

IndicacionesSahaja

Aunque rompiendo la tónica, y  en homenaje al maestro, jamaicano,  el centro comercial se llama Little Jamaica.  Allí se despliega  toda la muestra típica del  merchandising :  barritas de incienso, abalorios, libros, discos, fotos y dibujos del propio Mooji  en su faceta del artista que fue en su ocupación anterior,  y un surtido etcétera, incluyendo una sección de tentempiés y snacks.

TiendaLittleJamaica

Bajo la permanente mirada de Mooji  que lo preside desde sus omnipresentes retratos ,  todavía se están ultimando algunas construcciones en las que trabajan pacientemente  algunos voluntarios que practican así karma yoga, el yoga de la acción o del servicio.

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Otros, hasta sumar el centenar que allí viven, se ocupan en sus cosas y disfrutan del retiro y el silencio o  van y vienen  dispersos por el enorme espacio que compone el ashram.  La organización es impecable y como en una moderna empresa se articula en diferentes departamentos específicos, incluyendo uno  de comunicación y video.  Predominan los jóvenes y hay gente de todas las procedencias, aunque sobre todo anglos.   La lengua común es el inglés y no se aprecia tributo alguno a la nación que les acoge pues no se ve ni una indicación en portugués,  lo que la verdad  resulta un tanto “imperialista” para los que somos  viejunos.  La estética es plenamente oriental y si hubiésemos caído del cielo no tendríamos manera de saber que nos hallábamos en Portugal.

Afortunada visita

Sin saberlo y de casualidad  llegué un día de los establecidos para las visitas, que pueden variar por lo que es aconsejable consultar la web antes del viaje.   Está prohibido hacer fotos,  pero sin embargo al registrarse como visitante hay que firmar un documento  autorizando ser grabado y permitiendo que se utilicen las  imágenes por aquello de los múltiples materiales que la organización de Mooji edita en toda clase de formatos,   como muestra de  la importancia que conceden a las modernas estrategias de comunicación a las que contribuyen un canal de TV propio o un grupo musical exclusivo,  Mooji Sangha Bhajans  al que aquí podemos ver en un concierto en Rishikesh, a donde acude el maestro con frecuencia.

Después de rellenar un formulario en el centro de recepción y pagar 10 € por la visita, incluyendo la cena,  un guía nos paseó por las diferentes dependencias y después de informarnos de las actividades previstas para la jornada nos dejó deambular solos. El plato fuerte era  una charla con el propio Mooji, que aunque anda por el mundo impartiendo sus enseñanzas se encontraba aquellos días por allí.  También estaba prevista una sesión de yoga de  la risa, que se anuló debido  a la larga duración del encuentro con Mooji,  y completaba la cosa una proyección de videos del gurú a la que no asistí pues preferí perderme en silencio por aquellos mágicos parajes.

Las claves del éxito

El encuentro con Mooji no defraudó.   Poco después de llegar ya lo había visto por el recinto conduciendo un cochecito de golf y, a pesar de la prohibición y en plan paparazzo,  no pude resistirme a sacarle una subrepticia fotografía.

Mooji&Friends

A la hora indicada nos juntamos más de cien personas en el relajante comedor/cocina,  un balcón de madera pendiendo sobre el intenso verde del gran bosque que lo penetraba todo.

VistaDesdeElComedor

Tras una no demasiado larga espera sobre el horario fijado, entró el  maestro con su característica imagen de bonhomía, amplia túnica y gorro de lana rastafari, saludando con abacial porte a los presentes y sentándose en el centro de la sala, de cara al panorámico paisaje.  Todos esperaban expectantes la palabra del maestro y este compuso su relato como habitualmente, con voz cálida, cadenciosa y próxima:   primero contó su vida y su proceso de iluminación (ver entrada anterior del blog),  y como había llegado hasta allí, que fue simplemente dejando caer el dedo al azar sobre un mapa en una reunión con sus amigos.  Al principio se establecieron en el Algarve, pero no les acabó de llamar el sitio, hasta que una compañera  del grupo,  portuguesa,  sugirió el Alentejo y así fue como allí se asentaron.  Después resumió un poco su conocida filosofía que se expone en bastante detalle en la entrevista con Alicia Ninou que también está en el post  anterior.

Mooji desprende un aura relajante y tranquilizadora.  Además, es sumamente didáctico y desgrana sus letanías con una mezcla de verosimilitud y humildad que se hacen más creíbles y cercanas por las pinceladas de humor británico y de sencilla humanidad con que salpica su discurso.  El resultado es una identificación con la gente y la eliminación de esa casposa  pose  de santidad que otros santones  componen para quedar por encima  de nosotros los simples terrenales y que en estos tiempos en que la cercanía y la transparencia se valoran sobre todo resulta totalmente contraproducente y odioso.   Su éxito, en fin,  reside en su capacidad para servir de catalizador emocional para alguna gente, lo que resulta indiscutiblemente beneficioso para los que  lo sienten.

Extasiados

Durante las dos horas que duró la charla, asistí a varios episodios que  así lo demuestran.  Nada más empezar el encuentro,  un italiano sesentón leyó un emotivo discurso de agradecimiento al gurú diciendo que gracias a sus enseñanzas él y su mujer habían cambiado sus vidas. Luego habló en italiano y le traducía una joven compatriota que allí estaba,  pues confesó no saber una palabra de inglés.  Sin embargo, y a pesar de ello, una vez recitado su agradecimiento  se acercó al gurú, le hizo entrega de una bolsa con regalos que le traía y quedó postrado de rodillas a sus pies durante toda la charla, cogiéndole la mano y contemplando arrebolado como hablaba y pendiente de cada una de sus palabras, como si las entendiera,  ante la comprensión y paciencia de Mooji.  También al final otro hombre se echó a sus pies proclamando que estaba dispuesto a hacer lo que fuese por él.

¿Iluminación o sugestión?

Mientras, una hermosa y atlética muchacha, que desprendía vitalidad, se pasó todo el tiempo estremeciéndose entre convulsiones como epilépticas, mientras que otra  mujer pasaba largos periodos de risa floja ante un Mooji  imperturbable,  arropado por una audiencia entregada como probaban las expresiones alucinadas de  muchos de los asistentes.  En el turno de preguntas, que fue largo,  una americana que venía desde Estados Unidos expresamente para ver a Mooji  empleó su intervención en sollozar desconsolada pues confesó entre lloros que durante largos meses había esperado aquel momento y preparado meticulosamente lo que quería decir al maestro y que ahora, cuando había  llegado el ansiado momento, se había quedado en blanco y bloqueada.   Las más de las intervenciones fueron de orden filosófico centradas en cuestiones  propias de la teoría advaita, como la esencia y realidad del “yo” o la forma de conseguir la iluminación que para esta doctrina  puede llegar en forma de gracia o iluminación repentina, lo que supongo que todos  firmaríamos encantados.

Sobre esto acabo de leer  algo esclarecedor:  en el libro  de Sam Harris,   “Despertar.  Una guía para una espiritualidad sin religión” de la editorial  Kairós, 2015.  Este neurólogo americano que se esfuerza por vivir una espiritualidad laica, alejada de la hojarasca supersticiosa que la mixtifica y distorsiona,  cuenta una experiencia esclarecedora en las páginas  171 y siguientes , en el apartado  “Logro gradual frente a logro repentino” en donde  habla sobre la “teoría del logro repentino” de la tradición del Vedanta Advaita.

El episodio que relata Harris resulta si cabe más significativo pues tuvo lugar en un encuentro con Poonja-ji o Papaji (1919-1997), del que se proclama discípulo directo Mooji,  y que a su vez tuvo como maestro a Ramana Maharshi (1879-1950), el sabio indio más venerado del siglo XX.

Ocurrió que durante un retiro en Lucknow (India) en el que estaba Harris,  una suiza se iluminó  repentinamente en presencia de Papaji y fue celebrada y reconocida por él durante una semana como iluminada.  Estaba radiante y  Papajii la presentó repetidamente como prueba de cómo la verdad podía ser alcanzada sin hacer ningún esfuerzo en absoluto  y dice Harris que “tuvimos el placer de ver a aquella mujer sentada junto a Papaji sobre una tarima elevada y dando explicaciones acerca de la dicha que sentía ahora en su rincón del universo.”  Días después Harris y su grupo se trasladaron a Katmandú a unas sesiones de práctica budista tibetana Dzogchen,  con el tulku Urgyen Rimpoche, y la ya iluminada suiza pidió acompañarles.  Allí, a pesar de haber sido confirmada su iluminación por uno de los principales representantes vivos del Vedanta Advaita, y de que el Dzogchen es de todas las prácticas budistas la que más se parece a las de Advaita ya que ambas tradiciones buscan provocar el mismo conocimiento de la no-dualidad  de la conciencia, al hallarse en otro contexto y marco la suiza no pudo contestar a las simples preguntas que sobre su supuesta iluminación le hizo Urgyen Rimpoche y esta se le desvaneció por completo después de reconocer que no había sido más que mera  autosugestión.

No obstante, y como también ocurre a algunos por ejemplo en Fátima,  en Lourdes o en la romería del Corpiño,  sea autosugestión o no  enhorabuena a los que hallan la paz  en cualquier  forma y bienaventurados sean los que la propician, como en este caso Mooji.

Tras la charla de Mooji sentí una mezcla de  atracción y rechazo.  Por una lado, la inefable sensación de paz de aquel lugar.  Por otro, una especie de regusto amargo y de desagrado por ese aroma que percibo sectario en toda suerte de congregaciones.  Pero esto, como la iluminación, es cuestión personal.

La cena  fue excelente.    Contemplando aquel salvaje pero relajante paisaje, tan sutilmente domesticado por los sacrificados seguidores de Mooji,  e inmersos en el  pletórico y vivificante silencio que lo enseñoreaba todo,  ya poniéndose el sol dimos cuenta de una deliciosa colación preparada por las voluntarias de la cocina consistente en  arroz integral gratinado con verduras,  patatas con curry, ensalada y un extraordinario pan.

Retiros “on line”

En Monte Sahaja organizan retiros en silencio de 10 días durante el verano:  “10 day silent retreat with Sri Mooji at Monte Sahaja”.  Los alumnos se alojan en tiendas de campaña que proporcionan allí.  Al parecer tienen gran éxito y, cuando menos,  seguro que son altamente salutíferos.

Para los que no pueden trasladarse hasta el Alentejo, también se dispone de un curso “on line” por 130 libras esterlinas a través de su canal de TV  moojiTV ,  que la iluminación no tiene por qué estar en contradicción con el uso de las nuevas tecnologías.  ¿O si?

Un espléndido regalo

Como colofón,  y como regalo para iniciar bien el año que nos hace nuestro amigo el doctor José Carlos Tutor,  una completa biblioteca permanentemente actualizada con las obras de los más conocidos maestros espirituales y de temas alternativos.  Aquí  os queda este  espléndido regalo .

 

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ANA “COLOMBIA” NOS DESCUBRE A MOOJI

Ana Lombana,  o Ana «Colombia» como la conocen sus amigos por su origen nacional,  se deja caer de vez en cuando por el centro de yoga de Victoria Girón en Santiago de Compostela, en donde da o recibe alguna clase y cuenta sus indagaciones y experiencias de viajes  propias de un ser libre que, ahí es nada,  puede centrarse en su realización.   Hace unos días llegó de la India  y nos puso al día de su último descubrimiento, el maestro espiritual Mooji de la tradición Advaita Vedanta que desde hace unos años tiene su centro de meditación en el Alentejo, en Portugal

Santiago, 6 de junio de 2015

Pedro Puialto

Ana pasó los últimos 3 meses en Rishikesh.  Rishikesh  es una pequeña población situada en el llamado Valle de los Santos,  en las estribaciones del Himalaya indio y cerca del nacimiento del Ganges.  Se conoce como “La puerta del Himalaya”, es uno de los lugares sagrados de la India y está considerada la capital mundial del yoga, además de base de operaciones para alpinistas y practicantes de rafting.  Desde que en febrero de 1968 acudieran allí los Beatles a un curso de meditación trascendental en el ashram (monasterio) del yogui  Maharishi Mahesh , el lugar se popularizó en Occidente.  Allí se congregan  personas de todo el mundo a meditar, practicar yoga o a asistir a las lecciones de numerosos gurús que imparten enseñanzas espirituales.

Río Ganges

El Ganges a su paso por Rishikesh. Foto: Ana Lombana.

Ana ya fue 3 veces a ese mágico lugar en donde se aloja en uno de los numerosos ashrams y se dedica plenamente al mundo espiritual.  Con la elocuencia típica de su país, nos relata sus vivencias

-¿Cómo es tu día a día en Rishikesh?

Me levanto temprano y medito, hago yoga y después desayuno.  Luego voy a un sansang, que son charlas abiertas que tienen lugar en los ashrams y a donde  se va  a escuchar a los “despiertos”.  Por la tarde, voy a otro sansang o a una clase de yoga.  Luego vuelvo a meditar.  Es una vida de introspección favorecida por el ambiente y las especiales vibraciones que allí se perciben, por eso hay tanta actividad religiosa.  No te enteras mucho de la vida porque la vida está metida en ti.

-¿Qué técnica de meditación usas?

Ninguna en particular.  Intento crear un espacio invocando a la divinidad o mediante mantras procurando la paz interior.  Busco el silencio en su sentido pleno.  Si me distraigo o percibo ruido interno, me centro en la respiración.

-¿Qué clase de yoga practicas?

Sobre todo Hata e Iyengar.  Depende. Hay una gran oferta  de clases.  Pero el yoga físico es solo como un diez por cien del trabajo que me interesa.

-¿En qué consiste el sansang?  ¿Cómo son las charlas?

Los “despiertos”,  o personas que han sido iluminadas, van por todo el mundo y allí pasan casi todos una temporada.  Gente de toda procedencia y condición va a los ashrams a  escucharlos, a beneficiarse de sus enseñanzas y en busca de paz.  Sobre todo contestan preguntas, una especie de método socrático.

-¿Cómo es un “despierto”?  ¿Cómo se logra ese despertar?

Despertar es trascender el ego.  Vivimos en el dualismo y el maniqueísmo.  Nos vemos como entes separados de la totalidad.  El ego es como una pantalla que nos distorsiona la realidad al verla a su través y no como es.  El que “despierta” ve la realidad tal y como es y no se ve afectado por la que el ego ha creado.  Eso produce un estado de paz interior.  El que despierta lo hace espontáneamente, se ríe y de pronto cambia de rollo.  Ya no tiene identificación con su ego, pero sigue haciendo una vida normal.   Por fuera no se le nota,   pero ya nada será igual para él.  Para lograrlo no hay fórmulas.  Es como una gracia que se  concede.

-¿Cómo se intenta entonces que aparezca el “despertar”?

Es muy simple.  La búsqueda consiste en basarse en yo no soy este cuerpo, yo no soy esta mente, yo soy el todo, soy el uno.  Lo primero es saber quién eres y procurar el silencio, no solo físico, a través de las diferentes técnicas de meditación:   los mantras, las sensaciones, la concentración en puntos fijos, etc.  Sentirse en presencia de lo divino entendiendo esa presencia como la unidad, el todo.  Es aconsejable meditar un par de veces al día, al levantarse y al acostarse.    Solo o en grupo.  En grupo es bueno porque unos se sustentan a otros.

-¿En qué se diferencian los distintos maestros?  ¿Cuál te atrae ahora?

-Cada uno tiene su personalidad y su manera de expresarse, pero al final todo es lo mismo.  Los verdaderos gurús se caracterizan por su entrega amorosa.  Es un trabajo muy difícil.  Yo asistí a las lecciones de varios en las tres veces que estuve en Rishikesh durante los últimos 7 años y ahora descubrí a Mooji, del que ya había sabido por internet.   Simplemente apareció porque las cosas aparecen cuando las necesitas.

Slogan de un ashram:  "La verdad es una, los caminos muchos."

Slogan de un ashram: «La verdad es una, los caminos muchos.»

Antes de hablar de Mooji, charlamos un rato con Ana sobre cómo le han ido “apareciendo”  las cosas.   Nació en Cali de padre madrileño y madre colombiana.  A los 14 años tuvo su primer chispazo espiritual a través de la poesía de Walt Whitman.  Estudió Hostelería y Turismo y Relaciones Públicas en Madrid e idiomas en Francia e Inglaterra convencida de que su destino era el viaje.  Su conexión con Galicia se inició cuando tenía 27 años al llegar a Compostela haciendo el Camino de Santiago desde Francia, aunque ya había estado aquí antes.  Se quedó a estudiar magisterio con la idea de volver a Colombia para participar en campañas de alfabetización,  pero su destino no sería ese.  En Santiago tiene su base de operaciones desde hace 29 años y nomadea ocupándose en clases de yoga y labores artesanas.  Su primer acercamiento al yoga fue poético y viajero, como no podía ser de otra manera.  A los 21 años, yendo con un amigo hacia Extremadura, se juntaron con unos titiriteros y, un día en el que dormían en una era,  uno de ellos dijo al levantarse: “Hagamos un saludo al sol”.  Y hasta hoy.   De educada en el catolicismo pasó a escéptica y atea.  Poco a poco fue teniendo referencias del tao, del budismo o del zen.   Hace diez años,   en una crisis personal que, según sus palabras  le llevó a  “ buscar la razón a una existencia absurda y a un camino de frustración, tristeza y depresión que no llamaba sino a sacarse de en medio”,  fue a la India e inició el camino que ahora frecuenta.  

MOOJI, creciente leyenda internacional

Mooji es un maestro espiritual de la tradición Advaita la doctrina de la no dualidad o negación del sujeto-objeto.  “Solo hay un Yo, que todos compartimos.”  Es la tradición  más extendida hoy en día del Vedanta o corpus del hinduismo recogido en los libros de los Vedas  y cuenta con múltiples seguidores y exégetas, entre ellos muchos pensadores y científicos occidentales como Jean Klein o Ken Wilber, quien en este video resume la base de esta teoría:

Asimismo, está estrechamente relacionado con el Jnama (Gñana) Yoga, o yoga del conocimiento que preconiza el llegar a la iluminación por medio del conocimiento:   “Solo hay una realidad en el Universo y todo lo demás es ilusorio.”    Es la filosofía hindú más influyente.  Dentro del Advaita Vedanta hay varias corrientes, una de las cuales es la “cuasi-tradicional”  del linaje Ramana en la que se encuadra Mooji y su maestro Papaji.

Mooji no es un gurú al uso, empezando por su aspecto.  Es un jamaicano de 61 años con rastas y aspecto apacible que transmite su mensaje desprendiendo una singular paz y con notable sentido didáctico.  Era artista en Londres y allí tuvo una experiencia de iluminación de la mano de un joven místico cristiano,  lo que le condujo a la India en donde se formó en el Vedanta.   Desde entonces ejerce como maestro espiritual y ha sido calificado como “uno de los más conocidos profesores de la tradición Advanta Vedanta y una creciente leyenda internacional” mientras se multiplican sus seguidores que le acompañan por el mundo y acuden al ashram que han construido en Monte Sahajala, cerca de la localidad de Funcheira en el Alentejo portugués,  a buscar la iluminación escuchándole y mediante el método del “self-inquiry” o  autoprospección.

Biografía, videos y noticias de Mooji

En esta entrevista,  celebrada en Barcelona en octubre de 2012 a donde acudió con motivo de la presentación de su libro “El latido de lo absoluto” ,  el maestro espiritual, que dice reconocerse como tal,  habla de su vida  y de su ideario:

Entre tanto, Ana “Colombia” ya ha volado hacia el Sur.  Durante unos meses estará ausente de Compostela.  Esperaremos impacientes que vuelva para que nos trasmita más retazos de ese apasionante sendero de libertad en que consiguió convertir su vida, pese a las enormes dificultades que conlleva.  Y esto porque, según nos musita “nadie quiere que seas libre, porque si lo eres no pueden controlarte”.

Ahí queda eso.